Con valor intrépido,
con su vida peligrando,
cruzan los mares,
soportan el hambre y la sed,
hacen frente a las tormentas,
y en las peores condiciones
llegan a nuestros litorales.
Solo buscan trabajo y pan,
una vital oportunidad,
que aquí se le niega
por orden gubernamental.
¡Qué miserable “caridad”
de su “católica” majestad!
Los prenden los civiles,
no pueden escapar,
los devuelven a la fuerza
a su tierra desgraciada y fatal.
Mas ellos,lo volverán a intentar,
la desesperación,
el hambre,
la falta de libertad...
les obliga de nuevo a embarcar.
Aunque esta vez, quizás,
no tengan la suerte
y su valor solo reciba la muerte.
(salva artacho)
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