PALESTINA.
Trilogía:
I
AY,
PALESTINA!
La
arena arrastrada por el viento
que
asola la tierra palestina
apenas
borra la sangre vertida
por
a la resistencia a morir de rodillas.
¡Ay,
Palestina! tierra de pueblos y dolor,
víctima
de ocupantes violentos,
y
de traidores cómplices del Imperio.
Qué
dolor tan inmenso Palestina
ver
cada día como te desangras,
y
como tu valor con saña aplastan
los
enemigos de la convivencia y la paz.
¡Sí,
paz!, pero no a cualquier precio,
tus
derechos y valores son primeros,
por
justicia, historia y dignidad.
Nadie
lo duda, los mereces, Palestina.
¡Ay,
Palestina, tierra de pueblos y dolor!.
¡Ay
palestina, tan cerca, tan lejos!,
tan
alejada y olvidada de la humanidad...
¿Humanidad?
¡Qué dolor, qué vergüenza!
¡Ay
Palestina, tierra de pueblos y dolor
II
EL
PUEBLO PALESTINO
Es
el pueblo palestino
un
pueblo singular
combatiente
solitario
por
su tierra y libertad.
En
desproporcionada lucha:
frente
a las armas de matar,
ellos
se enfrentan
con
coraje y voluntad.
Si
vergonzoso y criminal
fue
el terrible sufrimiento
que
el nazismo cruel
al
pueblo judío sometió,
no
se puede entender
que
el sionismo brutal
a
los nativos palestinos
les
hagan por esto pasar.
Palestina,
Palestina,
ni
te dejan nacer,
ni
te permiten ser,
te
cercan los enemigos
de
la convivencia y la paz.
Palestina,
Palestina, no cedas
en
tus sueños de libertad.
III
LA
MUERTE SOBRE PALESTINA
Muerte
que nadie llama,
muerte
que nadie desea,
muerte
que se reparte
a
diestro y siniestro
por
el sionista sin corazón.
Hijos
de Abraham que odian,
que
no reconocen a sus hermanos,
que
los matan por unas tierras,
por
los mejores pastos.
Muerte
que cae sin piedad
sobre
un pueblo abandonado,
olvidado,
de otros pueblos.
Muerte
que disculpan
los
poderosos de la tierra,
los
que antaño mataron,
o
fueron permisivos
al
sufrimiento, a la muerte
de
los matadores de hoy.
Muerte
que es negocio
de
metralla, de bombas,
de
aviones sin piloto.
Muerte
que se lleva
por
delante a tantos niños,
tantos
inocentes que pierden
para
siempre la sonrisa.
Muerte
que acota el futuro
de
un pueblo y su derecho
a
vivir en paz, en su tierra.
¡Maldita
muerte, maldita,
mil
veces maldita!
¡Ay,
mi Palestina!
¡Ay,
de mis hermanos!
¡Ay,
de las vidas que se pierden!
¡Por
unas tierras, por unos pastos!
(salva
artacho)
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